La ciudad de Santa Fe, capital del estado provincial del mismo nombre, está ubicada en la zona centro este de la República Argentina. Posicionada en una zona de llanura de muy suave pendiente, la ciudad esta ubicada entre dos sistemas fluviales. Por el este el río Paraná y por el oeste el río Salado, lo cual le da a la ciudad una forma casi peninsular, cuyo extremo sur finaliza en el punto en el cual el río Salado descarga sus aguas en el sistema Paraná.

La ciudad, que cuenta con una población cercana a los 400.000 habitantes, es sede de los organismos del estado provincial, por lo cual el empleo público es uno de las más importantes fuentes laborales. La situación social de la ciudad está dentro de la general de la Argentina, con amplios bolsones de pobreza y porciones importantes de la población viviendo en situación de indigencia.

A pesar de registrar en su historia reciente diversos eventos hidrometeorológicos, que afectaron a la ciudad y su zona metropolitana, los más importantes de ellos se produjeron sobre el sistema del río Paraná. La relación de la ciudad con este río es, desde su fundación, muy importante toda vez que el río está integrado a la ciudad como fuente de provisión de agua, vía navegable, puerto de aguas profundas, y lugar de esparcimiento. Esta relación de “respeto” e integración, sumada a las características continentales del río, de muy gran caudal y con un valle de inundación que llega a los 60 km de extensión, han incentivado la estructuración de todo un sistema de monitoreo aguas arriba que permite, con 15-20 días de anticipación, prever su evolución en las costas santafesinas.

A diferencia del sector este (Paraná) el río Salado discurre “tranquilamente” (también de norte a sur) por el límite oeste de la ciudad, que coincide con los sectores de viviendas más humildes, barrios con altos índices de NBI e indigencia; en general la variación del nivel socio económico este-oeste se verifica en toda la ciudad. Estos barrios marginales fueron “beneficiados” por la construcción de dos tramos de una defensa contra inundaciones, que en realidad es una defensa complementaria de una obra vial (la Avenida Circunvalación Oeste), y que consolidó una muralla entre el cauce principal del río Salado y parte de su valle de inundación, donde se ubican muchas viviendas a baja cota topográfica (menor que las alturas históricas del río). La defensa debía completarse con un III tramo que cerraría el anillo sobre el sector oeste-noroeste. Ciertas características del río Salado como su bajo caudal, su salinidad, y la composición económica de sus ribereños, ha hecho que la ciudad siempre viva a espaldas de él, hecho consolidado con la construcción de la defensa.

Desde fines del año 2002, como claro efecto del cambio climático y de alteraciones antrópicas, se produjeron lluvias muy intensas y concentradas en distintas zonas del sector norte de la cuenca del río Salado. Estos eventos meteorológicos, que en días se acercaron a las medias de precipitaciones anuales, continuaron durante el primer trimestre de 2003, generando una inmensa masa de agua que discurría de norte a sur en territorio santafesino, sobre una cuenca saturada y niveles freáticos elevados. No existía sistema de monitoreo o predicción respecto a de qué manera estos volúmenes de agua impactarían sobre el río aguas abajo, cercano a su desembocadura en la ciudad de Santa Fe.

A fines de abril de 2003, luego de un sistemático ascenso del nivel del río, el agua encontró” una brecha donde finalizaba el tramo II de la defensa y comenzó a ingresar al casco de la ciudad por el norte. La combinación del excepcional caudal con una obra vial transversal a éste, con un puente de escasa luz respecto al valle de inundación (autopista Rosario-Santa Fe) que embalsaba las aguas, fue suficiente para que el agua que ingresaba por la brecha avanzara sobre el lado oeste de la ciudad, en sentido norte – sur, y con la defensa generando un río interno sin salida hacia el sur.

La inundación de la ciudad de Santa Fe arrasó con barrios marginales y se extendió a zonas consolidadas, dándose situaciones paradójicas como que del lado interno de la defensa, dentro de la ciudad, el agua tenía más de 2 metros de diferencia positiva respecto al río. La defensa se transformó en una trampa, y un tercio de la ciudad devino en un gigantesco lago, que amenazaba extenderse al resto y que mantuvo bajo agua a muchos barrios durante semanas.

En este documento, estructurado en 9 capítulos más uno de conclusiones y Lecciones Aprendidas, se describen detalladamente desde los días previos al evento hasta el comienzo de la reconstrucción, tratando de volcar todos los detalles descriptivos necesarios para comprender las causas y los efectos de esta tragedia y, de este modo, extraer las conclusiones válidas como criterios de acción para situaciones similares que puedan ocurrir en el planeta.

Los contenidos del documento exceden los aspectos vinculados a la salud para adentrarse en un análisis general, de suyo indispensable para comprender y valorar experiencias en catástrofes de cualquier tipo desde un marco multidisciplinario y abarcativo.

El capítulo 1 describe a la República Argentina en general, y a la ciudad de Santa Fe en particular, incorporando información geográfica, económica, político organizativo, sanitaria, etc. Se presenta la situación hidrológica de la ciudad de Santa Fe y sus antecedentes de inundaciones, su vulnerabilidad y los aspectos culturales que permiten elaborar un marco de referencia completo.

En el capítulo 2 se presenta una cronología de los hechos incluyendo los días previos, la descripción del evento, la respuesta inmediata y la situación emergente, destacando la sucesión de hechos más relevantes y las características intrínsecas y distintivas de esta tragedia.

Los daños materiales y la evaluación de las pérdidas económicas producidas se presentan en el Capítulo 3, utilizando un breve texto y tablas conteniendo la información discriminada por sector, y que incluye servicios básicos e infraestructura (agua potable, sistemas cloacales, residuos sólidos urbanos, energía, gas, transporte, telecomunicaciones), educación, viviendas, daños sobre el medio ambiente y sobre el sector productivo.

En el Capítulo 4, luego de una breve descripción del sistema de salud, se desarrolla el impacto en la red de servicios de salud, describiendo los daños producidos por la inundación en el Hospital Dr. Alassia (niños), Dr. Vera Candioti (de rehabilitación), los hospitales Base y los restantes centros de salud. Se incluyen detalles de la evacuación ante la falta de alarma temprana, las acciones de la comunidad, las pérdidas de instrumental y materiales, y se reflexiona sobre la dificultad (imprevisión) para salvar la información. Finalmente se describen las acciones de atención de la salud a los centros de evacuados, salud mental y los procesos de recuperación y rehabilitación de los efectores afectados.

La vigilancia epidemiológica y control de las enfermedades se aborda en el Capítulo 5, donde se detallan y analizan las acciones de prevención y tratamiento de Leptospirosis, Hepatitis A, otras patologías, el control de enfermedades en albergues, la vigilancia epidemiológica, la mortalidad. Se describe además el papel del Ministerio de Salud provincial y de los equipos hospitalarios en la atención y las medidas de prevención y vigilancia.

En el Capítulo 6, “Agua, servicios y saneamiento”, se presentan las características de los servicios de saneamiento en la ciudad y zona inundada. Se detallan luego las medidas y estrategias adoptadas por los distintos sectores (empresas privadas, Estado, ONG´s) para garantizar los servicios en la ciudad y prestar los mismos en las zonas afectadas, los albergues, los refugios y los evacuados en los techos de las viviendas. La provisión de agua potable, la higiene y el saneamiento, el programa de control de vectores y zoonosis, el control de alimentos e insumos y el operativo regreso y limpieza, así como el control de suministros son también abordados. Finalmente, se describen las medidas llevadas a cabo para la gestión de los residuos sólidos generados, la organización del comité de emergencia ambiental, las dificultades afrontadas y las soluciones implementadas.

Los antecedentes de mitigación de desastres, los planes de mitigación, los problemas de emplazamiento del Hospital de Niños y la necesidad de introducir el factor de riesgo y vulnerabilidad en las obras de este tipo, se analiza en el Capítulo 7. Además, se explicitan enseñanzas válidas para la reconstrucción como la localización de los depósitos (de materiales y de información) y equipamientos.

En el Capítulo 8 se describe la Coordinación de la respuesta, incluida la del sector salud provincial y nacional: la conformación del Comité Operaciones de Salud (COS), su papel, su relación con el Comité de Emergencia, y su operatividad como Sala de Situación.. Se detalla la amplia respuesta en apoyo logístico, de personal especializado, medicamentos, etc., la solidaridad, las ONG´s nacionales e internacionales y la coordinación intersectorial. El papel del sistema de defensa civil, las universidades, el sector privado, la sociedad civil, la Cruz Roja y los organismos de Naciones Unidas (UNDAC, OCHA, PNUD, UNICEF y OPS) se describen en términos de las tareas de solidaridad, provisión de alimentos, instrumentación de SUMA, etc.., analizando las virtudes y defectos de las distintas acciones.

El capítulo 9 enfoca la descripción del Manejo de la Información, la Sala de Situación, los Boletines con información epidemiológica, meteorológica, y monitoreo de los equipos de investigación epidemiológica. Se reseñan los problemas derivados de la organización de la asistencia humanitaria recibida, la anarquía inicial, los intentos de organización, la incorporación del SUMA en la provincia por decreto, las dificultades de implementación, los resultados. Finalmente se aborda el manejo de la información pública y la comunicación por parte de los medios televisivos, gráficos y radiales tanto locales como nacionales.

El Capítulo 10, Conclusiones y Lecciones Aprendidas, resume el conjunto de experiencias y elementos relevantes que caracterizaron a esta inundación, proyectando criterios y enseñanzas para acciones futuras. Se identifican las fortalezas y debilidades que se evidenciaron, tanto durante la gestación del evento cuanto en la respuesta, intentando aportar a una base de conocimientos para futuras acciones de prevención, mitigación, preparación y respuesta ante nuevos desastres.