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Prácticas culturales y religiosas Las personas que hacen parte del equipo de ayuda deben respetar los deseos de las familias y de las comunidades de los fallecidos de observar los actos culturales o religiosos que se acostumbre después de una muerte. Esto es importante para ayudar a las personas a manejar el impacto psicológico de esos desastres. Se debe alentar a las comunidades afligidas para que lleven a cabo sus ceremonias tradicionales y sus procesos de duelo, pues ello pone en movimiento el proceso de recuperación del desastre. |
Para minimizar la angustia causada por la visión de los cadáveres y los olores que se producen por su descomposición, es importante recuperar y llevar los cuerpos a un punto de recolección lo más rápidamente posible. Las personas encargadas del equipo de recuperación de cuerpos, deben tener presente el estrés y el trauma que los miembros del equipo pueden sentir y brindar apoyo para esta situación, siempre que sea posible.
Es importante contar con depósitos seguros para cadáveres cuando se producen muertos en una emergencia o en una epidemia, o cuando es probable que el entierro o la cremación se retrasen. Un lugar temporal de servicios funerarios debe constar de recepción, sala de velación, un depósito para cadáveres que no deban ser vistos y un cuarto para guardar los objetos personales y los registros.
La capacidad que se recomienda para estos depósitos de cadáveres es de 10 cuerpos por cada 10.000 habitantes. Los cuerpos se deben preservar a 4°C, aunque esto rara vez se logra. El personal de la funeraria debe usar guantes y traje de protección, y bañarse con jabón desinfectante.
A continuación se presenta una lista completa de las necesidades mortuorias. Cuando esto no sea posible, las necesidades mínimas son camillas, guantes de cuero, guantes de caucho, overoles, botas, gorros, jabón, desinfectantes y tela de algodón. Después de una emergencia y cuando se haya tomado la decisión de cerrar la funeraria temporal, se debe hacer una limpieza apropiada del sitio.
Equipo para los servicios funerarios en los desastres graves
Lista revisada y tomada de: Clark, Nicholls y Gillespie (1992), citado en Wisner y Adams (2002). |
Uno de los retos más grandes en el manejo efectivo de los cuerpos, es su rápida identificación y etiquetado. Los registros de las muertes y los funerales son necesarios para hacer un seguimiento de las tasas de mortalidad y la incidencia de las enfermedades, y para poder dar información oportuna, comprensible y precisa a los parientes de los muertos.
La exposición de los cuerpos para su identificación requiere espacio; 1.000 cuerpos requieren más de 2.000 m2. La identificación puede ser un proceso prolongado, especialmente cuando no se portan documentos de identificación. Si los parientes o amigos de los muertos están involucrados en la identificación, se debe recordar que la simple identificación visual no es científica. En las situaciones de emergencia, este proceso es aún más difícil pues puede necesitarse que los parientes vean muchos cuerpos con la esperanza de que la puedan hacer. En general, esto debe evitarse. Cuando sea posible, es importante diferenciar entre la observación de un cadáver para identificación y la observación con propósitos de duelo, y se debe contar con lugares separados para cada una de ellas.
Una vez hecha la identificación, se debe expedir el certificado de defunción, preparar un registro oficial de la muerte y etiquetar el cuerpo. En caso de muerte violenta, también es importante registrar la causa de muerte para una posible investigación futura.
Los entierros en fosas comunes y la cremación en masa rara vez se justifican y deben evitarse. |
El entierro es el método de preferencia para la disposición final de los cadáveres en situaciones de emergencia, a no ser que existan prácticas culturales o religiosas que lo prohíban. La ubicación de los cementerios se debe acordar con la comunidad y se debe prestar atención a las condiciones del suelo, la distancia a las fuentes subterráneas de agua (que debe ser de 50 m, como mínimo) y al hábitat más cercano (500 m). Se necesita un área, por lo menos, de 1.500 m2 por cada 10.000 habitantes. El cementerio se puede dividir para acomodar diferentes grupos religiosos, si fuere necesario. La profundidad del entierro debe ser, al menos, de 1,5 m por encima del nivel freático y debe estar cubierto, por lo menos, con 1 m de tierra. Se prefiere el entierro en tumbas individuales, que se pueden cavar manualmente. Si no hay ataúdes disponibles, los cuerpos se deben envolver en cubiertas plásticas para mantener los restos separados de la tierra. El procedimiento del entierro debe hacerse según las prácticas normales de la comunidad afectada.
No existen ventajas para la salud en escoger la cremación en lugar
del entierro, pero algunas comunidades la pueden preferir por razones
religiosas o culturales. Los factores en contra son la cantidad de combustible
requerido para una sola cremación (aproximadamente, 300 kg de madera)
y la contaminación que causa por el humo generado.
Por esta razón, los lugares de cremación deben estar ubicados,
al menos, a 500 m en la dirección del viento de las viviendas.
Las cenizas deben ser eliminadas según las prácticas culturales
y religiosas de la comunidad.
En caso de una epidemia médica, siempre que sea posible, el manejo de los cadáveres debe hacerlo el personal médico especializado. Es mejor utilizar una solución de cloro u otro desinfectante médico en lugar de cal para la desinfección, pues ésta tiene un efecto limitado sobre los patógenos infecciosos. Cualquier vehículo usado para transportar los cuerpos a los cementerios o crematorios durante las epidemias, debe desinfectarse después de su uso. Es importante que las comunidades estén conscientes de los riesgos de contagio que existen como resultado de la práctica tradicional de lavar los cuerpos. Las reuniones grandes, que incluye los funerales, también pueden ser una forma de propagar una epidemia. Por consiguiente, el entierro o la cremación deben llevarse a cabo poco tiempo después de la muerte en un lugar cercano al de la defunción, limitando el tamaño de la reunión.
El contacto con el cadáver puede producir una exposición a Vibrio cholera y, por lo tanto, exige un lavado cuidadoso con agua y jabón.
El virus de Ébola se propaga mediante las secreciones corporales, como sangre, saliva, vómito, orina y heces, pero se puede eliminar fácilmente con agua y jabón. Las personas encargadas de la disposición final de los cuerpos requieren altos niveles de protección.
Para evitar la infestación de las pulgas y piojos que propagan estas enfermedades, se debe usar trajes de protección. Se deben usar bolsas para guardar los cuerpos antes del entierro o de la cremación.
Principios importantes
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Harvey, P., Baghri, S. and Reed, R.A. (2002), Emergency Sanitation, Assessment and Programme Design. WEDC, Loughborough, UK.
Davis, J. and Lambert, R. (2002), Engineering in Emergencies: a Practical Guide for Relief Workers, (2nd. Edn.) ITDG Publishing, London.
Wisner, B. and Adams, J. (eds.) (2002), Environmental Health in Emergencies and Disasters. WHO, Geneva.
Pan American Health Organization (PAHO) (2003), "Unseating the Myths Surrounding the Management of Cadavers", Disasters newsletter, No. 93, October 2003. PAHO, USA.